Las heridas
de su pecho
no las curó
el tiempo.
Su sonrisa,
tampoco la devolvieron
los minutos consumidos.
Bailaba,
¡cómo bailaba!
Algo vibraba
en su interior,
quizá la tristeza,
el dolor,
que se ponían
de acuerdo
para encontrarse
en su exterior.
Lloraba,
¡cómo lloraba!
Todos los mares
terminaron
esa primavera
en sus ojos.
Allí nacían
los ríos
que podían
atravesar las calles
desembocando
en la puerta de mi casa.
Porque siempre,
siempre,
conseguimos vencer
a tus tristes bellezas.
Y entonces sí,
bailamos,
pero descalzos,
lloramos,
mas lágrimas felices.
¡Cómo vencimos!
"Pero no tengas miedo a que nadie te recuerde: la poesía jamás te olvidará" Elvira Sastre
lunes, 25 de mayo de 2015
domingo, 17 de mayo de 2015
Silencio, habla la cordura
Silencio y cordura
decidieron encontrarse
para callar sin enloquecer
para entender sin voces.
Para demostrar
que la palabra
puede ser
insignificante
y
el desorden mental
catastrófico.
Nunca llegaron
a ningún lugar.
Se quedaron encerrados,
mientras el silencio otorgaba
la palabra
a la cordura
con la certeza
de su sabiduría.
Pero ambos sabían
que debían esperar
a que el ruido despertase
al silencio,
y a que la locura
les empujara a sentir
sin mudez ni razón.
decidieron encontrarse
para callar sin enloquecer
para entender sin voces.
Para demostrar
que la palabra
puede ser
insignificante
y
el desorden mental
catastrófico.
Nunca llegaron
a ningún lugar.
Se quedaron encerrados,
mientras el silencio otorgaba
la palabra
a la cordura
con la certeza
de su sabiduría.
Pero ambos sabían
que debían esperar
a que el ruido despertase
al silencio,
y a que la locura
les empujara a sentir
sin mudez ni razón.
lunes, 11 de mayo de 2015
No razones, corazón
Saltaron al vacío
unos cuantos corazones rotos.
Esperaban de ese vuelo
encontrar un motivo
que volviera a unirlos.
El tiempo sostenido,
la velocidad de la caída,
los acelerados latidos.
Todo junto
y sin que se pertenezcan
a la vez.
Buscaron tanto la razón
que perdieron
todo lo contrario:
la irracionalidad.
Y así olvidaron
toda su verdadera esencia
de camino al vacío
Ya decían que un corazón
no entiende de razón.
unos cuantos corazones rotos.
Esperaban de ese vuelo
encontrar un motivo
que volviera a unirlos.
El tiempo sostenido,
la velocidad de la caída,
los acelerados latidos.
Todo junto
y sin que se pertenezcan
a la vez.
Buscaron tanto la razón
que perdieron
todo lo contrario:
la irracionalidad.
Y así olvidaron
toda su verdadera esencia
de camino al vacío
Ya decían que un corazón
no entiende de razón.
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