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martes, 24 de mayo de 2016

Pedir(te)

Pedirte que vuelvas
sin prejuicios
ni expectativas.
Porque qué bonito,
construirlos juntos,
volvernos de uno
y jamás por separado.

Ser el mar
que busca su orilla
y con ella su descanso eterno.
O las raíces,
pacientes y seguras
conocedoras de ese mundo interior.

Volverte a romper esquemas,
acabar con la monotonía
que siempre odias(te).
Encontrarme después de ti,
pues la soledad siempre ahoga,
amor.

Prender sin luz la habitación,
pues nunca nos hizo falta ver
para asegurar
-a nuestros sentidos-
el mejor espectáculo.

Pedirte que te
                        quedes;
siempre contigo,
para poder reconocerte
incluso bajo mil batallas,
incluso entre millones de raíces
o en la orilla de cualquier mar
en busca de los mejores (a)brazos.

Así te espero,
cualquier día,
con montañas de causalidad
por las que broten
ríos de efectos,
con la misma sonrisa
y alguna manía de más.