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martes, 7 de junio de 2016

Dime (no)

Aún creo que lo nuestro
fue más bonito.
No lo sé, eh.
Corrígeme si me equivoco,
pero es que dime si saben también
a mar encontrado después de desierto,
sus besos,
dime si te resiguen la piel,
porque erizada es un jodido
campo de minas a punto de volar,
sus dedos.

Dime que te siguen pudiendo las ganas,
y que ves venir la victoria cuando llega.
Que te sientes rey del mundo
pero sobre todo
del tuyo propio.

Dime(lo)...      
pero no me lo digas.
Guárdalo como tu mayor secreto,
es la única manera
de perderme en mi propio eco  
de que vuelva a mí la voz.

¿No es verdad que todo se cura?
Puede resultar sencillo,
lo complicado es volverse a dejar herir,
(re)vestirse de gala otra vez
acariciar
como ese "siempre"
a un "por ahora".    

Después todo va más deprisa:
los besos
el dolor
las sábanas del suelo
el olor a nuevo  
los colores
que deja la primavera
y tú,
siempre tú.

Te sigo preguntando
aunque no busque una respuesta,  
pero la verdad es que siempre fuiste
diluvio,
y yo ese día me dejé el paraguas
en casa.